Un Modelo Sustentable

 

En Grupo Chiavassa somos conscientes de que la actividad lechera sólo se puede sostener y fortalecer a partir de un proceso sustentable de desarrollo, que no sólo haga hincapié en los aspectos económicos, sino también en los ambientales, laborales y humanos.

Por ese motivo, en las 1450 hectáreas que conforman el establecimiento (950 hectáreas propias y el resto arrendadas), los miembros de la empresa hacemos especial hincapié en la sustentabilidad del ambiente. La preservación y aprovechamiento de los recursos naturales resultan clave. No sólo para nuestro proceso productivo, sino también para el resto del planeta y su población. Tanto para las actuales, como para las futuras generaciones. Así, llevamos adelante un modelo de trabajo que busca elevar la producción de manera racional y responsable, planificando cuidadosamente el uso de los recursos involucrados.

De esta manera, se vienen adoptando algunas medidas puntuales para alcanzar dichos objetivos.

Ideamos y construimos un sistema destinado al aprovechamiento del agua de lluvia. En la actualidad, contamos con más de 10.000 metros cuadrados de techo que nos permiten cosechar alrededor de 2.000.000 de litros en aljibes impermeabilizados, para mejorar la calidad del agua que beben nuestros animales y, de esta manera, contribuir a no salinizar las perforaciones subterráneas debido al uso intensivo de las mismas.

Además, la cama de compost sobre la que descansan nuestros animales, nos permite generar fertilizantes de manera natural. Así, estamos en condiciones de reemplazar el equivalente a 100 toneladas de Urea y 30 toneladas de MAP al año.

Y a partir 2010 se tomó la decisión de plantar de más de 400 árboles en el establecimiento, en un proceso que continúa profundizándose año tras año. Entre otras especies, optamos por tipas, álamos, palmeras pindó, cortaderas y ciprés calvos. Se trata de árboles adaptados al suelo y al clima de esta región del centro de la Argentina.

Sabemos que cada árbol contribuye a preservar el planeta: actúa contra el calentamiento global, brinda alimento y refugio para insectos y aves, recupera parte del paisaje originario, evita la erosión provocada por el viento y el agua, purifica el aire, disminuye el efecto del escurrimiento de las aguas frente a posibles inundaciones, disminuye la contaminación auditiva y embellece nuestros espacios.

Realizamos, en definitiva, todos los esfuerzos a nuestro alcance por conservar y preservar nuestro ambiente de trabajo. Sólo así es posible generar un sistema sustentable para el presente y, sobre todo, para el futuro.